Había una vez un helicóptero llamado Matheo. Matheo era un helicóptero muy valiente que vivía en un aeropuerto cerca del mar. Un día, mientras volaba por el cielo azul, vio a Kiliancito, un niño que estaba jugando con un barco en la playa.
Matheo se acercó a Kiliancito y le preguntó si le gustaría dar un paseo en helicóptero. Kiliancito, emocionado, subió al helicóptero y juntos despegaron hacia una aventura increíble.
Mientras volaban, Matheo y Kiliancito vieron algo muy extraño en el mar. ¡Era un kiwi flotando en el agua! Matheo decidió bajar cerca del kiwi para ayudarlo.
Resulta que el kiwi, llamado Sebas, estaba perdido. Había salido de su casa en la selva y había llegado al mar por error. Matheo y Kiliancito le prometieron llevarlo de regreso a casa. Así que Sebas subió al helicóptero y continuaron su viaje.
En su camino de regreso, Matheo, Kiliancito y Sebas vieron un campo lleno de tomates. Matheo sabía que a Kiliancito le encantaban los tomates, así que aterrizó para que pudieran recoger algunos. Sebas también probó un tomate y le pareció delicioso.
Finalmente, después de una larga y emocionante aventura, Matheo, Kiliancito y Sebas llegaron al hogar de Sebas en la selva. Sebas estaba muy feliz de estar de vuelta y agradeció a Matheo y Kiliancito por su valentía y amabilidad.
Después de despedirse de Sebas, Matheo y Kiliancito volvieron al aeropuerto, donde todos los demás helicópteros estaban esperando. Matheo se dio cuenta de que los viajes son mucho más divertidos cuando los compartes con buenos amigos como Kiliancito y Sebas.
Y así, termina la historia del sorprendente viaje del helicóptero valiente, que enseñó a Matheo, Kiliancito y Sebas sobre la amistad y la importancia de ayudar a los demás.